Normalmente, eran encontrados en pantanos, aunque había algunos que solían habitar guaridas debajo del suelo. Despiadados por naturaleza, devastaban todo a su paso, pero sólo atacaban si con el ataque podían sacar algo para su beneficio. Usaban un ataque poderoso que cubría los cielos de obscuridad, momento en el que podían pasar inadvertidos y atacar.
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